Ahí yace él al final, el converso de lecho de muerte, el Libertino que se hizo pío. No podía danzar a medias, ¿no es cierto? Si me daban vino lo apuraba hasta el poso y lanzaba la botella vacía contra el mundo. Si me mostraban a Jesucristo en su agonía me subía a la cruz y le robaba los clavos para mis propias palmas. Y así me voy, cojeando, del mundo, dejando mis babas sobre una Biblia. Si miro la cabeza de un alfiler, veo ángeles danzando, bueno, ¿os agrado ahora?¿Os agrado ahora?¿Os agrado ahora?¿Os agrado ahora?...

John Wilmot (The Libertine)

domingo, 13 de noviembre de 2011

Tu universo

La noche me llama a su oscuridad
el silencio de la naturaleza que nunca se calla
La falsa conciencia de que nada más existe
A solas con este armario de recuerdos
doblados y ordenados con mucho cuidado
como si prendas de seda se tratasen,
Tu voz retumba a lo lejos, retumba en las estrellas.
Tus ojos reflejados en la luna
no paran de vigilar cada pensamiento
que cruza corriendo la colina.
Todo el paisaje se llena de ti
cada vez que lorenzo desaparece
sin pedir permiso
con toda la intención de acabar con mi cordura.
¿Qué me está sucediendo?
Me transformas en la más monstruosa criatura de la noche
No me reconozco
Trato de escapar pero esta esencia me atrapa
No es posible desatar los nudos de estas cuerdas fibradas
con cada abrazo, con cada beso, soñados.
Tu universo me arropa
con alertas de peligro...

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